Entre las obras de consulta a que recurrí en mis tiempos de estudiante universitario, primero, y de opositor, después, destacaron dos. Como manual histórico, la Historia de la Filosofía de Frederick Copleston, cuyos nueve volúmenes fui adquiriendo poco a poco, algunos de ellos en librerías de viejo (tal como me lo iba permitiendo mi precaria economía juvenil). Aunque posteriormente fui descubriendo otras historias que me gustaron más en algunos aspectos, y aunque inevitablemente requiera de actualización (la Copleston se cierra con el existencialismo de Sartre... y anda que no han pasado cosas desde entonces), sigo considerándola una obra de referencia que recomendaría sin dudar.
En segundo lugar, y si de diccionarios filosóficos se trata, siempre ha resultado imprescindible el de José Ferrater Mora. De este nunca he llegado a poseer de manera personal más que una edición abreviada en formato bolsillo (que mientras escribo esto reposa en una estantería a mi espalda), pero los cuatro volúmenes de su edición íntegra acabaron convirtiéndose en familiares durante numerosas consultas en bibliotecas públicas o universitarias o en los departamentos de Filosofía de institutos de secundaria que he ido recorriendo a lo largo de mi vida. La llegada de Internet como herramienta de acceso a la información hizo cada vez menos frecuente su uso, pero todavía, de cuando en cuando, recurro al viejo y fiable Ferrater.
De ahí mi alegría al descubrir recientemente que se ha elaborado la edición digital de esta obra (consultable solo mediante suscripción de pago, advierto). En la web diccionariodefilosofia.es podemos encontrar el resultado del ingente trabajo llevado a cabo originalmente por su autor, pero también se trata de una edición ampliada en la que se irán añadiendo nuevas entradas y actualizando aquellas de las ya existentes que lo requieran. En la sección “Prefacio a la edición digital” se explica con detalle la evolución del diccionario desde su concepción inicial hasta esta versión digitalizada, por lo que evitaremos repetir aquí tal información.
Esta iniciativa no solo es bienvenida porque permita disponer, con la comodidad que ofrece el formato digital, de un clásico de la bibliografía filosófica, sino también porque viene a llenar un importante hueco, pues, hasta este momento, no era posible encontrar en Internet un diccionario de filosofía en lengua española de la mínima calidad exigible, habiendo de recurrir a alternativas como la (recomendabilísima) Stanford Encyclopedia of Philosophy o la (no tan interesante como la anterior, por resultar bastante incompleta, al menos a día de hoy) Internet Encyclopedia of Philosophy.
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