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jueves, 1 de agosto de 2019

HARARI: "21 LECCIONES PARA EL SIGLO XXI"







Yuval Noah Harari
21 lecciones para el siglo XXI
(21 Lessons for the 21st Century)
Traducción de Joandomènec Ros
Año de publicación: 2018
Edición: Debate, Barcelona, 2018

 
Yuval Noah Harari, el historiador israelí éxito de ventas con sus anteriores títulos Sapiens (2014) y Homo Deus (2016), presenta con esta obra lo que bien podría constituir el cierre de una trilogía (si realmente lo será o no, no podemos anticiparlo a sus próximas publicaciones). Hemos de confesar que no hemos leído ninguno de los dos anteriores libros, cosa en absoluto necesaria para encarar la lectura del presente.

Nos encontramos aquí con una obra que abarca una multitud de temáticas. Por ello no se puede esperar un tratamiento en profundidad de ninguna de ellas (para eso ya disponemos de otros textos más especializados). Pero, a cambio, su principal valor es el de ofrecernos una panorámica muy completa y una útil primera aproximación a los principales retos a los que se enfrenta actualmente la humanidad. Y, a falta de exhaustividad, ofrece sin duda el estímulo y los elementos básicos que puedan servir al lector como punto de partida para una reflexión sobre las distintas cuestiones que recorre.

Pasamos a glosar sus contenidos.


Introducción

Sobre el sentido e intenciones del libro: ofrecer las claves acerca de diversas cuestiones que afectan a la actualidad y futuro inmediato de nuestras sociedades, con el fin de aportar al lector herramientas para la reflexión y el debate al respecto. 
 
Es de destacar que el autor se posiciona ideológicamente como partidario de la democracia liberal, modelo cuyos errores y deficiencias criticará a lo largo de todo el libro pero no por oponerse al mismo sino, por contra, con el objetivo de refinarlo.

PARTE I. El desafío tecnológico

"La humanidad está perdiendo la fe en el relato liberal que ha dominado la política global en las últimas décadas, exactamente cuando la fusión de la biotecnología y la infotecnología nos enfrenta a los mayores desafíos que la humanidad ha conocido".

Cap. 1: Decepción. El final de la historia se ha pospuesto

A comienzos del siglo XXI el modelo político liberal entra en crisis al dejar de ser aceptado con confianza por la ciudadanía (fundamentalmente a partir de la crisis financiera global de 2008 y todos los fenómenos que ésta traería consigo). Tal cosa, con la previa caída de los otros dos restantes relatos del siglo XX (el comunismo y el fascismo) sume a las sociedades actuales en un vacío ideológico y el consecuente estado de desorientación. Lo anterior se ve agravado por el hecho de que coincide con un momento en que se plantean nuevos retos a partir de los acelerados avances en infotecnología y biotecnología a los que sería necesario ofrecer nuevas y apropiadas respuestas desde la política.

En los restantes capítulos de esta primera parte se presentan esas cuestiones a las que se enfrentan las sociedades actuales en los mentados terrenos.

Cap. 2: Trabajo. Cuando te hagas mayor, puede que no tengas un empleo

Acerca de los efectos de la robotización sobre el mercado laboral en un futuro próximo: ¿cómo alterará las condiciones de empleabilidad?, ¿qué medidas se podrían adoptar ante los problemas que ello genere?

Se especula con las posibilidades en cuanto a la sustitución de los humanos por máquinas en diversos tipos de tareas cognitivas o incluso creativas. Y se argumenta que ello no tiene por qué suponer una disminución de puestos de trabajo, puesto que por los que desaparezcan se crearían otros nuevos, pero sí exigirá una mayor cualificación y adaptabilida del trabajador, lo cual genera una problemática a la que habrá que responder con nuevos modelos sociales y económicos.

A propósito de lo anterior, se describe la propuesta de la renta básica universal y se exponen los principales elementos en debate al respecto.

Cap. 3: Libertad. Los macrodatos están observándote

La libertad de decisión del individuo autónomo (como votante, como consumidor,…) es considerada el valor más importante en la cosmovisión de la democracia liberal. Se plantea la cuestión de los efectos que tendría el hecho de que tal idea pueda verse socavada por el escenario que plantea el avance tecnológico, en el cual las decisiones humanas podrían ser dirigidas mediante los algoritmos basados en macrodatos.

Se describen diversas situaciones y problemas que ese fenómeno podría generar. Podemos dejar voluntariamente algunas de nuestras decisiones en manos de la IA, en la convicción de que las tomara de manera más acertada que nosotros mismos. Nos podemos convertir en más manipulables por la publicidad y la propaganda que nunca antes en la historia. Tendríamos que enseñar a la IA a tomar decisiones basadas en la ética, con los dilemas e interrogantes que tal tarea plantearía. Se podría maximizar la eficacia de los usos perversos de la IA, por ejemplo en los terrenos del armamento o de la vigilancia, en la eficacia de los gobiernos autoritarios en el control sobre sus ciudadanos, o en acciones discriminatorias hacia los individuos llevadas a cabo por empresas e instituciones.

Todo lo anterior va a requerir de respuestas apropiadas. Pero según el autor no vamos por el buen camino para ello, teniendo en cuenta que mientras se está haciendo una gran inversión para mejorar la IA, no se está llevando a cabo el esfuerzo equivalente para desarrollar la propia conciencia humana. Ello puede acabar conduciendo a “humanos degradados que usarán mal ordenadores mejorados y que provocarán el caos en sí mismos y en el mundo”.

Cap. 4: Igualdad. Quienes poseen los datos poseen el futuro

Junto con la libertad (ver cap. anterior), otro de los valores fundamentales de las democracias liberales es la igualdad, pues sin un mínimo de ésta no es posible aquélla. El futuro inmediato ofrece indicios de una desigualdad creciente tanto entre las distintas sociedades como dentro de cada una de ellas.

La igualdad siempre ha dependido del reparto equitativo de la propiedad, y si en otras eras de la humanidad se trataba de la propiedad de la tierra o de las fábricas, en este caso la jerarquía social se construirá en función de determinados productos de los nuevos desarrollos tecnológicos.

Así, la desigualdad económica podría traducirse en desigualdad biológica cuando sólo algunos individuos puedan acceder a las mejoras en biotecnología, de modo que se crearían castas absolutamente diferenciadas. En el caso de la infotecnología, habría que tener en cuenta las posibilidades de control e influencia sobre la población que permite la propiedad de sus datos, lo que convierte en urgente la cuestión de cómo regular ésta.


PARTE II. El desafío político
"La fusión de la infotecnología y la biotecnología es una amenaza para los valores modernos fundamentales de la libertad y la igualdad. Cualquier solución al reto tecnológico tiene que pasar por la cooperación global. Pero el nacionalismo, la religión y la cultura dividen a la humanidad en campos hostiles y hacen muy difícil cooperar globalmente".

Cap. 5: Comunidad. Los humanos tenemos cuerpo

La necesidad humana de la comunidad íntima se está viendo insatisfecha debido a la desconexión en la vida real entre las personas, la cual es propiciada por la cada vez mayor conexión virtual mediante las redes sociales. Ello forma parte del fenómeno más general de la pérdida de integración y contacto con nuestro ambiente físico, con lo cual compite nuestra vida “en línea”. Se hace necesario recuperar para nuestra existencia la importancia de lo corporal y lo “fuera de linea”. No obstante, podría darse otro posible camino: el de la desaparición de la diferenciación entre ambas dimensiones debido a determinados avances tecnológicos que acaben fusionándolas.

Cap. 6: Civilización. Sólo existe una civilización en el mundo

Se argumenta contra la tesis del “choque de civilizaciones”, que postula una supuesta inevitabilidad del enfrentamiento entre las distintas culturas mayoritarias (la de tradición islámica y la de tradición cristiana). En primer lugar, no existen identidades culturales o nacionales esenciales e inamovibles, y lo que así se presenta es más bien una construcción ficicia y artificial. En segundo lugar, la dirección de la historia reciente ha sido la contraria: la de homogeneizar a la humanidad en una única civilización global con más elementos comunes que discrepantes (como determinadas ideas y prácticas económicas o políticas que han adquirido carácter casi universal). Los enfrentamientos en el mundo actual se pueden interpretar como disputas internas en una única civilización más bien que como conflictos entre civilizaciones extrañas entre sí.

Cap. 7: Nacionalismo. Los problemas globales necesitan respuestas globales

En aparente contradicción con lo dicho en el anterior capítulo, en el mundo actual se extiende una oleada nacionalista. Cierta dosis de nacionalismo resulta positivo, pues supone la creación de unoínculo de lealtad y colaboración; el problema surge cuando el nacionalismo se exacerba y se convierte en excluyente y rival con respecto a las restantes nacionalidades. Los principales problemas de la actualidad (el reto nuclear, el reto ecológico y el reto tecnológico) no pueden, por su carácter global, ser enfrentados de modo efectivo por las distintas naciones de manera independiente, requiriendo de una respuesta conjunta y coordinada de toda la humanidad. Se hace necesaria, así, una nueva identidad global que despierte y sustente la lealtad de los individuos hacia la humanidad como tal.

Cap. 8: Religión. Dios sirve ahora a la nación

La religión se presenta como el recurso más eficiente para crear vínculos comunitarios. El problema es que como tal mecanismo se encuentra al servicio de las identidades nacionales, reforzando éstas y dificultando así la identidad global de la humanidad que en el capítulo 7 se formulaba como necesaria.

Cap. 9: Inmigración. Algunas culturas podrían ser mejores que otras

Uno de los mejores capítulos del libro. Tratándose de un debate tan complejo como es el de la inmigración, lleva a cabo un análisis enormemente clarificador en el que además logra mantener la ecuanimidad entre las distintas posturas (cosa nada fácil y, por tanto, especialmente laudable desde la exigencia de objetividad científica).

Las condiciones del mundo actual hacen que el fenómeno de la inmigración genere, especialmente en Europa, uno de los principales y más enconados debates, con posturas opuestas difícilmente conciliables. El autor desglosa los distintos elementos del debate como una vía para clarificar éste: ¿cómo regular la entrada de inmigrantes a un territorio?, ¿en qué medida y de qué manera ha de asimilar la población inmigrante los valores y costumbrees de la sociedad de acogida?, ¿cuáles son los requisitos para que la persona de origen inmigrante sea considerada “nacional”?… Se exponen los distintos argumentos ofrecidos al respecto de tales cuestiones por parte de pro y antiinmigracionistas.

Otra cuestión a tener en cuenta en el debate es la de que el actual rechazo al inmigrante no se basa en una postura racista sino “culturista”: ¿hasta qué punto y en qué términos se puede considerar razonable y legítimo el juzgar a alguien por sus rasgos culturales y plantearle exigencias al respecto?

PARTE III. Desesperación y esperanza
"Aunque los retos no tienen precedentes, y aunque los desacuerdos son enormes, la humanidad puede dar la talla si mantenemos nuestros temores bajo control y somos un poco más humildes respecto a nuestras opiniones".
 
Cap. 10: Terrorismo. No nos asustemos

Se analizan las claves de la estrategia del terrorismo, así como de las adoptadas por los estados para responder al mismo.

A diferencia de las acciones de guerra, los actos terroristas son empleados por grupos que no tienen capacidad para inflligir un daño real significativo. Debido a esta circunstancia, su esfuerzo se encamina a infundir un miedo desproporcionado para provocar reacciones también desproporcionadas que de esa manera resulten más desestabilizadoras que la misma acción terrorista. El error de los estados, por tanto, reside en prestarse a semejante juego de provocación, lo cual resulta del hecho de que el Estado moderno (a diferencia de formas políticas históricamente anteriores) basa su legitimidad en su promesa de librar al ciudadano de la violencia política.

Merece una atención aparte el caso particular de posibles formas futuras de terrorismo como el terrorismo nuclear, el ciberterrorismo o el bioterrorismo.

Cap 11: Guerra. Jamás subestimemos la estupidez humana

Los mecanismos de funcionamiento político y económico del presente conllevan que el emprender guerras al modo tradicional posea escaso interés para los actuales estados, a diferencia de en tiempos pasados, dado que no aportan beneficio en términos de prosperidad económica o influencia geopolítica.

No obstante lo anterior, no se ha de desestimar la posibilidad de un conflicto global que conduciría a la autodestrucción de la humanidad, ya que no siempre las decisiones políticas son plenamente racionales.

Cap. 12: Humildad. No somos el centro del mundo

Un factor determinante de las tensiones nacionales, religiosas y culturales se encuentra en la ausencia que encontramos en los distintos pueblos de una apropiada actitud de humildad. Contrariamente a ello, la mayor parte de culturas y naciones se han visto a sí mismas como el eje de la historia humana, lo cual les ha llevado a anteponer sus propios intereses a los de cualquier otra o a los de la humanidad en su conjunto.

Por ello, se hace necesario revisar los hechos para establecer en qué medida puedan encontrarse justificadas semejantes pretensiones. Como ejemplo de ello, el autor presenta el caso del pueblo al que él mismo pertenece, el judío, dejando al lector la tarea de llevar a cabo otro tanto aplicado a su propia cultura o nación. Así, se van desgranando las razones por las cuales se encuentra injustificado el grado de importancia para la historia de la humanidad que el pueblo judío siempre se ha otorgado a sí mismo (e incluso que le otorgan los antisemitas), mostrando que sus aportaciones en lo político, lo moral o lo intelectual han sido, en contra de las propias pretensiones de los judíos, absolutamente nimias.

Cap. 13: Dios. No tomes el nombre de Dios en vano

En este capítulo el autor reflexiona acerca de su postura personal (de no creyente) acerca de la idea de Dios, distinguiendo el dios “filosófico” del Dios de las religiones, sobre su papel para las sociedades, y acerca de la posible independencia de la moralidad con respecto a la fe religiosa, cuestión que encuentra su continuidad en el siguiente capítulo.

Cap. 14: Laicismo. Acepta tu sombra

Se ofrece una definición positiva del laicismo, es decir, como algo que no se limita a la mera negación de ciertas ideas, sino que ofrece su propia propuesta vital, cuyos valores, que se van desgranando y analizando, son tales que la verdad, la compasión, la igualdad, la libertad, la valentía de pensamiento o la responsabilidad personal. Por ello, se ha de desestimar la crítica hacia el laicismo que lo acusa de carecer de compromiso moral y social; aunque se han dado casos en que movimientos laicos (el estalinismo, el capitalismo o el cientifismo) han derivado en acciones censurables, pero ello no ha sido debido a los valores del laicismo sino por traicionarlos adoptando determinados dogmas ajenos a su espíritu.

No obstante, sí existe un dogma laico: los derechos humanos (que el autor considera como dogma en tanto sostiene que no se pueden justificar desde un punto de vista iusnaturalista).

PARTE IV. Verdad
"Si el lector se siente abrumado y confundido por la situación global, se halla en la senda adecuada. Los procesos globales se han hecho demasiado complejos para que una persona pueda comprenderlos por sí sola. ¿De qué manera, entonces, podemos saber la verdad acerca del mundo y evitar caer víctimas de la propaganda y la desinformación?".
 
Cap. 15: Ignorancia. Sabes menos de lo que crees

Existen determinadas deficiencias en las capacidades de conocimiento con que el ser humano pretende enfrentarse a los factores que afectan al mundo actual y los problemas que los mismos generan, los cuales se han ido exponiendo en los anteriores capítulos. En contra del ideal del pensamiento liberal, la ciencia reciente nos muestra que nuestra racionalidad es sumamente imperfecta. Por otra parte, el saber es colectivo, por lo que nuestro conocimiento individual es muy limitado ante la enorme complejidad del mundo actual, y con el agravante de que raramente somos conscientes de esa limitación.

También el hecho de detentar el poder hace que dirigentes políticos y económicos vean distorsionada su percepción de la verdad.

Cap. 16: Justicia. Nuestro sentido de la justicia podría estar anticuado

Como un aspecto más concreto del problema explicado en el capítulo anterior, nuestra capacidad de juicio moral, desarrollada para las pequeñas comunidades de tiempos prehistóricos, también se encuentra limitada ante las complejas condiciones del mundo actual. Y ello debido fundamentalmente a que no se encuentra adaptada a la circunstancia de que decisiones y acciones individuales puedan tener, en nuestra realidad global, efectos lejanos e imprevisibles por desconocidos. Por ello, “en un mundo donde todo está interconectado, el imperativo moral supremo se convierte en el imperativo de saber”, es decir, intentar disponer de la información necesaria para enfrentarse, realizando la mejor interpretación posible de la realidad, a los dilemas morales a gran escala propios de nuestras sociedades.

Cap. 17: Posverdad. Algunas noticias falsas duran para siempre

Se expone la idea de que el fenómeno ahora llamado “posverdad” no es algo nuevo en absoluto, sino que ha acompañado a la humanidad desde siempre. Como ejemplo paradigmático, se presenta el caso de las mitologías religiosas, aunque también puede hablarse de las ideologías nacionalistas y hasta de la propaganda comercial.

La tesis sostenida por el autor, que está tras lo anterior y reaparecerá en los posteriores capítulos, es la de que la especie humana posee la particularidad de ser capaz de crear ficciones y creer en ellas. Es gracias a la posibilidad de construir relatos compartidos (sean las ya mentadas religiones e ideologías nacionalistas; el marxismo, el fascismo o el liberalismo; el capitalismo, o incluso los derechos humanos, como se menciona en el cap. 14) que se consigue la cohesión y cooperación en las comunidades humanas o la motivación para mover a las masas hacia determinados objetivos. Es por ello que la verdad se convierte en menos importante que el objetivo de controlar el mundo.

Pero precisamente porque lo anterior es una tendencia intrínseca al ser humano, el de las fake news es un problema especialmente difícil de resolver. Para ello, es responsabilidad de cada individuo poner las medidas apropiadas, como no dejarse llevar por los prejuicios, seleccionar y contrastar adecuadamente las fuentes de información, remitirse a la literatura científica, etc.

Cap. 18: Ciencia ficción. El futuro no es lo que vemos en las películas

Si las ficciones operan sobre nuestra construcción de la realidad, la literatura y el arte han sido siempre determinantes. A comienzos del siglo XXI, destacan en este sentido las historias de ciencia ficción en cine y televisión. Se comentan los aciertos y desaciertos que los productos de este género muestran en la presentación de determinados temas. Por ejemplo, su falta de tino en el análisis de los auténticos problemas y conflictos generados por el desarrollo de la IA.

Narraciones como Matrix o El show de Truman, por su parte, no aciertan en reconocer la auténtica dimensión de la “ficción” en que vive el ser humano. Ésta no se encuentra sólo en los mundos artificiales presentados por esas películas, sino incluso en lo que en ellas se presenta como “la auténtica realidad”, y que no es sino un constructo más.

Otras que se analizan son la película de Disney Inside out o la novela de Huxley Un mundo feliz.

PARTE V. Resiliencia
"¿Cómo se vive en una época de desconcierto cuando los relatos antiguos se han desmoronado y todavía no ha surgido un relato nuevo que los sustituya?".

Si a lo largo de todo el libro se han ido apuntando reflexiones que podríamos considerar encuadrables en el ámbito de la antropología filosófica, en cuanto que el autor ha ido dibujando una determinada imagen del ser humano como intento de ofrecer respuesta a los problemas que se han planteado, en los últimos capítulos tales reflexiones se convierten en el principal objeto de atención y son desarrolladas de manera más amplia y profunda.

Cap. 19: Educación. El cambio es la única constante

La educación tal como se ha concebido hasta ahora, basada fundamentalmente en la transmisión de información, se muestra inútil para preparar al niño o joven actuales para el mundo en que habrá de vivir, el cual va a caracterizarse por el cambio constante y veloz y la incertidumbre acerca de la dirección de sus transformaciones. Frente a ello, la educación debe ocuparse de aportar al individuo las habilidades que le puedan preparar para afrontar semejante coyuntura.

Una capacidad clave de la que deberá estar dotado el ser humano será la de conocerse a sí mismo, pues ello habrá de servir para defenderse de los intentos de manipulación externa posibilitados por la tecnología.

Cap. 20. Significado. La vida no es un relato

El ser humano siempre ha buscado dotar de sentido a su existencia, y para ello ha recurrido a la construcción de relatos, ya fuesen de tipo religioso, nacionalista, ideológico-político, etc., los cuales cumplen la función de aportar al individuo un papel existencial como parte de algo que le trasciende.

Tales relatos son ficciones (“si buscamos el sentido real de la vida y a cambio obtenemos un relato, debemos saber que es la respuesta equivocada. […] Cualquier relato es erróneo, simplemente por ser un relato. El universo no funciona como un relato”), pero en las que se cree porque de ellas dependen tanto nuestras identidades personales como las instituciones colectivas. Para dar lugar a esa creencia juegan un papel decisivo elementos como rituales, símbolos o sacrificios.

Podría parecer que una posible respuesta se encuentra en el liberalismo: éste reconoce como ficciones los diversos relatos y postula que el sentido de la existencia no le viene dado externamente al sujeto sino que es éste quien ha de otorgárselo desde su libre decisión. Sin embargo, incluso el lilberalismo acaba siendo otro relato más, en tanto la idea de libertad que propone no es sino otra ficción.

La respuesta, para el autor, va a ser que la realidad no se sujeta a ningún relato: carece de sentido último, ni siquiera de uno que podamos otorgarle desde nuestra subjetividad, puesto que el mismo "yo" resulta ser una ficción.

Cap. 21. Meditación. Simplemente, observemos

Capítulo confesional, en que el autor cierra exponiendo su propia experiencia en relación con las cuestiones que ha tratado en los capítulos inmediatamente previos, la cual, por otra parte, explica su posición en la exposición de las mismas. Con un enfoque autobiográfico, nos narra sus preocupaciones acerca del sentido de la existencia desde su juventud, su rechazo escéptico hacia los diversos relatos que se le ofrecen y su ulterior hallazgo de respuesta en la actividad de la meditación. La meditación constituiría, para el autor, la mejor vía para ese autoconocimiento que en el final del cap. 19 era formulado como una capacidad necesaria del ser humano que ha de afrontar el siglo XXI y el potencial controlador de los algoritmos.


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