Frente a todo lo anterior, personalmente prefiero tirar por el camino de la etimología y considerar que la "ciencia", es decir, la latina scientia (equivalente a la episteme griega) no es más que conocimiento. Todo aquel conocimiento que podamos considerar verdadero (en la limitada medida en que podemos calificar algo como "verdad", nunca en un sentido dogmáticamente absoluto; pero no entremos por ahí que nos llevaría por otro camino de discusión también muy complejo), pues nunca decimos que "conocemos" algo sin un cierto grado de pretensión de verdad (y tampoco entremos en el asunto de cómo podemos justificar semejante pretensión). De tal manera, la física sería una ciencia, porque nos aporta el conocimiento, por ejemplo, de que la materia se compone de partículas atómicas, o la zoología, porque nos aporta el conocimiento de en qué zonas geográficas habitan pingüinos. Pero también lo sería la historia, porque nos aporta el conocimiento de que Napoleón gobernó Francia. Aunque al mismo tiempo resulte evidente que los respectivos conocimientos aportados por cada una de ellas no se descubren ni se justifican (por hacer alusión a los dos célebres contextos) de la misma manera, y que, por lo tanto, aun siendo todas ellas ciencias, no lo serían de igual modo.
"La razón no es todopoderosa. Es una trabajadora tenaz, tanteadora, cauta, crítica, implacable, deseosa de escuchar y discutir, arriesgada." (Karl R. Popper)
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lunes, 1 de julio de 2019
LA CIENCIA...
Frente a todo lo anterior, personalmente prefiero tirar por el camino de la etimología y considerar que la "ciencia", es decir, la latina scientia (equivalente a la episteme griega) no es más que conocimiento. Todo aquel conocimiento que podamos considerar verdadero (en la limitada medida en que podemos calificar algo como "verdad", nunca en un sentido dogmáticamente absoluto; pero no entremos por ahí que nos llevaría por otro camino de discusión también muy complejo), pues nunca decimos que "conocemos" algo sin un cierto grado de pretensión de verdad (y tampoco entremos en el asunto de cómo podemos justificar semejante pretensión). De tal manera, la física sería una ciencia, porque nos aporta el conocimiento, por ejemplo, de que la materia se compone de partículas atómicas, o la zoología, porque nos aporta el conocimiento de en qué zonas geográficas habitan pingüinos. Pero también lo sería la historia, porque nos aporta el conocimiento de que Napoleón gobernó Francia. Aunque al mismo tiempo resulte evidente que los respectivos conocimientos aportados por cada una de ellas no se descubren ni se justifican (por hacer alusión a los dos célebres contextos) de la misma manera, y que, por lo tanto, aun siendo todas ellas ciencias, no lo serían de igual modo.
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