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lunes, 1 de febrero de 2021

MILLÁS Y ARSUAGA: "LA VIDA CONTADA POR UN SAPIENS A UN NEANDERTAL"




Juan José Millás y Juan Luis Arsuaga

La vida contada por un sapiens a un neandertal

Alfaguara, Barcelona, 2020

 

En este libro nos encontramos con una inesperada colaboración cuyo resultado solo podía resultar atrayente: el paleoantropólogo Juan Luis Arsuaga y el escritor Juan José Millás, con el primero instruyendo al segundo acerca de la condición humana desde el punto de vista evolutivo de un modo muy original y didáctico y presentado en un formato que combina de manera equilibrada la narrativa y el texto de divulgación científica. No se me ocurre qué más se podría pedir.

El proyecto surge, según cuenta el propio Millás al comienzo del libro, de la propuesta que realiza a Arsuaga para que comparta con él sus conocimientos con el fin de trasladarlos a un texto. El modus operandi que decide aplicar la pareja es el de ir visitando (cosa que sucedió a lo largo de dos años, tal como han desvelado los autores) una serie de lugares propuestos por Arsuaga, en ocasiones de forma sorpresiva o incluso desconcertante, y que resultan de lo más variado: un mercado, un parque infantil, una sex-shop, una juguetería, el Museo del Prado, el emplazamiento de unas pinturas rupestres o un cementerio, entre otros. Estos escenarios, lo que en ellos hay o sucede, servirán a Arsuaga para ilustrar los distintos asuntos que desea explicar a Millás. El libro se estructura de tal manera que cada uno de los capítulos, más bien breves en general, recoge una de esas visitas y el tema que le corresponde. Con todo ello, no solo se explica a nuestros ancestros, sino también a nosotros mismos: “La Prehistoria no se ha ido, mira a tu alrededor, está aquí, por todas partes. La llevamos tú y yo dentro”.

Para ofrecer una idea más ajustada de lo que podemos encontrar en este libro, presentaremos una rápida enumeración de las cuestiones tratadas:

-La importancia del entorno natural.

-El desarrollo de la capacidad simbólica.

-La bipedestación.

-El dimorfismo sexual y la selección sexual.

-La domesticación neolítica de los vegetales.

-La sociabilidad humana.

-El mecanismo de la selección natural.

-El fenómeno de la neotenia.

-La sexualidad y el apareamiento.

-El arte rupestre.

-El desarrollo de las capacidades cognitivas.

-La alimentación en la prehistoria.

-El envejecimiento y la muerte.

Lo que hemos reseñado hasta el momento constituiría “la parte Arsuaga” del libro, por sí misma suficientemente interesante como para hacer de este texto una obra valiosa, como lo es todo el trabajo divulgativo del autor (La especie elegida, por ejemplo, resulta ineludible en la biblioteca de cualquiera que posea interés por esta temática), pero la guinda del pastel la pone “la parte Millás”. Lo que Millás aporta, además de un estilo narrativo tan brillante y original como es habitual en este autor, es la historia de una relación que se va forjando poco a poco, y en la que, detrás del envoltorio literario, podemos adivinar cierta verdad. Este autor ha mostrado en toda su obra una particular capacidad de asombro ante el mundo que mezcla ingenuidad y profundidad (lo cual queda perfectamente reflejado en una sencilla frase que hemos podido leerle en más una ocasión y que también aparece en este libro: “qué raro es todo”). Una combinación que a más de una persona podría parecerle paradójica, pero que no es sino la actitud del filósofo (permítasenos barrer para casa), que es también la del niño o, sencillamente y lo que es lo mismo, de quien desea comprender las cosas. Por ello, su personaje en este libro se convierte en el alumno ideal para Arsuaga, que aparece a su vez como un “sabio” deseoso de enseñar, con lo que se da entre ambos una complementariedad perfecta (construyéndose así una nueva pareja literaria que podemos añadir a las de Don Quijote y Sancho o Holmes y Watson). Frente al erudito Arsuaga, ensimismado en sus explicaciones y con enorme capacidad para el didactismo, Millás se retrata a sí mismo como un discípulo admirado ante la figura de su mentor, frente al que adopta una posición de inferioridad teñida de infantilismo (dice considerarse un neandertal frente al sapiens que sería el paleontólogo, tal como se expresa en el título del libro). De ahí que se deje llevar sin cuestionar ninguna de las decisiones de su guía o que pueda llegar a ponerse celoso de que Arsuaga, en alguna ocasión, haga más caso a otros interlocutores. El propio Arsuaga adopta, como reacción, una actitud cómicamente paternalista, desde la que puede proponer a Millás llevarle a Decathlon para comprarle ropa apropiada para sus excursiones o preocuparse por ir a comer porque “se te está pasando la hora”. Por cierto, hablando de comer, de qué modo hemos salivado mientras leíamos las dos páginas en que, en el capítulo sobre la alimentación humana, se describe cómo los protagonistas dan buena cuenta de un cocido madrileño; ¿quién podría dudar de que Millás es un excelente escritor?

No creemos que sea necesario decir más para transmitir nuestra convicción de que se trata de un libro altamente recomendable. Admiramos la labor científica de Arsuaga, siempre nos han gustado la narrativa y los textos periodísticos de Millás, la paleoantropología y la evolución humana son temas que nos suscitan interés y somos aficionados a la literatura de divulgación científica... así que el disfrute de este texto ha sido máximo. En alguna entrevista promocional, los autores sugieren la posibilidad de una segunda parte; deseamos fervientemente creer que tal cosa puede llegar a suceder.

 

LO QUE LOS PAPALAGI PUEDEN APRENDER DE "LOS PAPALAGI"






Cada país, cada sociedad, cada cultura posee unas costumbres, unas formas de pensar, una manera de ver el mundo diferentes. Los individuos que nacen en esa cultura asimilan tales elementos de manera tan profunda que acaban formando parte de su manera de ser personal. Puedes estar seguro de que tú mismo serías completamente diferente de haber venido al mundo en otra sociedad o en otra época. Ahora bien, no sólo asimilamos todo lo que nos transmite nuestra cultura, sino que además ello forma parte de nosotros de tal manera que nos parece lo “normal”, lo “natural”, lo que “debe ser”, mientras que las costumbres e ideas de otras culturas nos parecen extrañas y a veces incluso incorrectas, y más cuanto más diferentes sean de las nuestras. Es como si en el momento de nacer te pusieran unas gafas con los cristales de color azul que ya no pudieras quitarte durante el resto de tu vida. No sólo verías el mundo de color azul, sino que estarías convencido de que el mundo ES azul (recuerda: nunca lo has podido ver de otra manera). Si viniera otra persona y te dijera que el mundo es rojo, ¿qué pensarías? Sin embargo, esa persona ve el mundo rojo únicamente porque de ese color son los cristales de sus gafas; exactamente igual que te ocurre a ti. Si hubieras nacido en su cultura, tú serías el que llevaría las gafas rojas, y pensarías que el que está convencido de que el mundo es azul está equivocado.
 
Este fenómeno es lo que se da en llamar etnocentrismo, según el cual no podemos evitar adoptar los criterios de nuestra propia cultura como baremo para juzgar las restantes. Obviamente, tal cosa no está justificada, dado que no existe ningún motivo para considerar una cultura en particular como punto de referencia absoluto para todas las demás. El resultado es que, mientras lo culturalmente propio resulta lo “normal”, lo culturalmente ajeno nos parece, en el mejor de los casos, al menos “raro o “extravagante” y, en el peor, “equivocado”, “absurdo”, “repugnante”, “censurable” o “inferior”. Difícilmente podemos eludir la mirada etnocentrista, pues para ello tendríamos que despojarnos de todo lo que hemos asimilado en nuestra propia cultura o, dicho de otra manera, tendríamos que dejar de ser nosotros mismos. Sin embargo, sí es importante ser al menos conscientes de este fenómeno condicionante, para que ello nos lleve a ser conscientes, a su vez, de que no existe ningún motivo objetivo para considerar lo nuestro como lo normal, lo correcto ni mucho menos lo superior.

Precisamente otorgarnos esa conciencia es lo que intenta el libro que comentamos y recomendamos aquí. Un texto que pretende contribuir a algo tan difícil como cambiar, siquiera sea por unos momentos, el color de los cristales de nuestras gafas, es decir, vernos desde el punto de vista de otra cultura. Aunque para ello también es necesario que el lector ponga algo (mucho) de su parte, estando dispuesto a ser receptivo a esa experiencia. Desde luego, esta lectura no nos va a llevar a adoptar de manera plena la mirada del otro, pero sí nos permite comprender que uno mismo puede resultar tan extraño ante esa mirada ajena como se produce a la inversa. Es decir, que hay alguien para quien “el otro” somos nosotros.
 
Estamos refiriéndonos a la obra Los Papalagi. Se trata de una serie de discursos cuya autoría se adjudica a Tuiavii de Tiavea, jefe de una tribu de Samoa, país constituido por un conjunto de islas pertenecientes al archipiélago de la Polinesia, en el Pacífico Sur (hay que aclarar que “tuavii” significa “jefe” en samoano, y Tiavea era el nombre de su aldea, es decir, que el nombre con el que le conocemos no es más que una descripción referida a su cargo y procedencia). Este personaje tuvo la oportunidad de viajar a Occidente y recorrer varios países estudiando y analizando la vida, las costumbres y el entorno del hombre blanco civilizado en la Europa de la primera década del siglo XX, muy cercana a la de hoy en día en muchos aspectos, por lo que buena parte de lo que en el texto se expone es perfectamente aplicable a nuestra sociedad actual. De regreso a su tierra prepara los discursos a través de los cuales quiere mostrar a su pueblo lo que ha visto. La conclusión del jefe samoano es que el tipo de vida que llevan los europeos no es en absoluto bueno ni envidiable, y su intención última es la de prevenir a su gente para que se resista a asimilar la cultura occidental.
 
Estos textos aparecieron por primera vez ante el público europeo en una edición alemana durante la segunda década del siglo XX, en una transcripción y traducción realizada por Erich Scheurmann. Scheurmann era un artista alemán que en el año 1914 viaja a Samoa, por entonces colonia alemana, huyendo de la I Guerra Mundial. Allí conoce a Tuiavii de Tiavea, con el que traba amistad. Gracias a ello, toma conocimiento de este conjunto de discursos y los hace llegar a Europa, poniéndolos a nuestro alcance.

Lo anteriormente descrito responde a la explicación del origen de los textos que en su momento ofreciera el propio Scheurmann. Sin embargo, existe cierta polémica al respecto, pues hay quien afirma que el autor de los supuestos discursos bien pudiera haber sido él mismo. De ser esto cierto, desaparecería el romanticismo que tiñe la historia anterior y disminuiría de manera evidente la verosimilitud de estas crónicas (¿entonces un samoano de principios del siglo XX nos vería así o no?), pero tendríamos que añadir la consideración de lo meritorio del ejercicio literario realizado por el alemán. De todas maneras, esta posibilidad no disminuye un ápice del valor del texto al respecto de para lo que pueda interesar y ser útil. Independientemente de quién sea su auténtico autor, las enseñanzas que podemos extraer de él son exactamente las mismas. Podríamos decir que, si no era esa la perspectiva real de un polinesio, bien hubiera podido serla o, como sentencia el dicho, se non è vero è ben trovato. Personalmente, siempre me he enfrentado a este libro prefiriendo creerme o, mejor, jugando a creerme, que realmente leía las palabras del jefe samoano. Aunque fuera literatura, también la literatura (y, a veces, sobre todo la literatura) nos puede ayudar a ver con otros ojos, que después de todo es de lo que se trata en este caso. 

Por aquella época todas las grandes naciones europeas tenían establecidas colonias en otros continentes. Además, existía desde tiempo atrás una intensa actividad exploratoria a zonas del globo aún poco conocidas, a veces por el mero deseo de aumentar el saber geografico, y otras veces por motivos más prácticos, como el de establecer vías de comunicación comercial o descubrir lugares que pudieran ser fuente de recursos naturales y, con ello, de riqueza económica. Debido a todo ello, el contacto entre la cultura occidental y otras culturas era en ese momento infinitamente más intenso de lo que habia sido en siglos anteriores. Esta situación había estimulado la curiosidad de los europeos por esas culturas ajenas y para ellos tan extrañas. El siglo XIX había vivido una auténtica fiebre por las investigaciones etnográficas: viajeros del mundo civilizado volvían de lejanas tierras para narrar a sus compatriotas las curiosas y extravagantes costumbres de los pueblos llamados primitivos. Ahora bien, pocos eran los que estaban interesados en escuchar la versión contraria: ¿cómo nos veían y qué pensaban los pueblos “primitivos” de nosotros?. Después de todo, pensaba el hombre civilizado, son ellos los que tienen costumbres curiosas, no nosotros; ellos son los “raros”, nosotros los “normales”. Los discursos del jefe samoano nos dan una oportunidad casi única: la de descubrir cómo nuestra supuesta normalidad sólo lo es a nuestros ojos, pero no a los ojos de un individuo de otra cultura. Como dice el propio Scheurmann en la introducción: “A través de sus ojos nos miramos y nos vemos desde un punto de vista que de ningún otro modo podríamos percibir”. Se nos ofrece la posibilidad de vernos a nosotros mismos desde fuera, permitiéndonos reflexionar sobre nuestro mundo de una manera tal que nos permita captar cosas de él que de otro modo nunca percibiríamos, pues situados en su interior nos falta la perspectiva para ello: uno nunca mira con curiosidad lo que considera “normal”. 
 
Leyendo los textos, nos puede parecer en más de un momento que la interpretación que el samoano hace de algunas de nuestras costumbres es demasiado simple y superficial, podemos pensar que es resultado de su ignorancia sobre nuestra cultura, podemos decirnos “no entiende nada, esto que él ve como algo tan raro no lo es, esto que él ve como algo absurdo tiene en realidad su sentido,...”. Pues bien, démonos cuenta de que lo mismo podría pensar un individuo de otra sociedad acerca de la visión que de su mundo pudiera tener un miembro de la cultura occidental. Lo repetimos de nuevo: nada es “raro”, nada es “normal”; lo único que ocurre es que los cristales de nuestras respectivas gafas son de distinto color.
 
Por cierto, el nombre que da título al libro, papalagi, es el de la extraña tribu de costumbres e ideas extravagantes y a veces aparentemente absurdas que protagoniza los discursos del jefe samoano. Es decir, que los papalagi, esos seres exóticos y que despiertan la curiosidad, somos nosotros.

Se trata de un libro tremendamente ameno y cuya lectura es accesible para cualquiera, incluso a cortas edades (un buen regalo para esa criatura a quien le gusta leer, o en quien deseas despertar esa afición). Su atractivo se ve aumentado por el hecho de que se suele presentar en gran formato, tapa dura (tipo álbum de cómic, para que nos entendamos) y acompañando al texto de unas excelentes ilustraciones, obra del reconocido Joost Swarte (puedes ver un par de ellas en este mismo artículo).
 
Publicado por primera vez en español en 1981, la edición más reciente de que tengo constancia es la realizada en 2005 por RBA, todavía localizable. De todas maneras, si quieres echarle un vistazo antes de comprarlo o por mera curiosidad, es muy posible que lo puedas encontrar en PDF en la red. Aunque, sinceramente, es uno de esos libros que apetece tener en formato físico.

NAÏR: "ACOMPAÑANDO A SIMONE DE BEAUVOIR"



 

 Sami Naïr

Acompañando a Simone de Beauvoir

Galaxia Gutenberg, Barcelona, 2019

 

Este libro posee una particularidad frente a otros que se ocupan de la figura de la filósofa francesa: el hecho de que su autor la tratara personalmente de manera estrecha, al ejercer en su momento como miembro de la redacción de Les Temps Modernes, revista cofundada y dirigida por Beauvoir. El mismo Naïr expone en el prólogo que la intención del libro no es “ser una biografía intelectual ni un análisis sistemático de la obra de Simone de Beauvoir”, pero, con todo, aporta elementos de todo ello, configurándose como un esclarecedor recorrido por la persona, vida, obra y pensamiento de la protagonista del texto. Y, en ese sentido, resulta muy completo (aunque quizás algo desorganizado en sus contenidos, para nuestro gusto), contemplando asuntos que, cuando se habla de Beauvoir, en ocasiones quedan en segundo plano frente a cosas como El segundo sexo o su relación con Sartre. Así, encontramos que el autor se detiene en aspectos como sus tesis existencialistas, su obra narrativa y de memorias o el compromiso político. De esa manera, acaba resultando una recomendabilísima aproximación a todas las facetas de Simone de Beauvoir.

A continuación, glosamos los contenidos de los diversos capítulos.

 

1. Evocación

El autor recoger recuerdos de su relación personal con Beauvoir, los cuales reflejan el carácter de la filósofa. Destaca por su interés lo referido a Camus y su ruptura con la pareja Beauvoir-Sartre.


2. La entrada en el mundo

Breve recorrido por la vida de Beauvoir.
 

3. El universo literario de Simone de Beauvoir

Acerca de su faceta como autora de ficción. Se presentan sinopsis y comentarios sobre algunas de sus novelas y relatos. Destaca la idea de que los contenidos de su producción narrativa se encontrarían ligados tanto a sus propias experiencias vitales como a sus postulados filosóficos.
 

4. El ciclo de memorias

Acerca de las obras de memorias. Se comenta el contenido de cada una de ellas, lo cual es aprovechado para aportar más información biográfica. Se centra especialmente en la trayectoria de compromiso político de Beauvoir.         
 

5. La experiencia íntima de la muerte

Las ideas de Beauvoir acerca de la muerte, tal como se reflejan en algunas de sus obras. Resulta de especial interés el comentario sobre La ceremonia del adiós, texto que recoge el acontecimiento de la convalecencia y muerte de Sartre.
 

6. Del apoliticismo al existencialismo

Beauvoir como filósofa existencialista, y que desarrolla dimensiones propias de esta línea filosófica. Desde el concepto central de libertad, incide (como elemento diferenciador con respecto al existencialismo sartreano) en la idea de la relación con los otros como condicionante de esa libertad. Este planteamiento será el aplicado a su análisis de la condición femenina.
 
Tanto en este capítulo como en otros (especialmente el 9), el autor se muestra especialmente interesado en subrayar el carácter del pensamiento de Beauvoir como algo propio y con valor en sí mismo, y no como un mero apéndice de la filosofía de Sartre.

Junto al tema anterior, el capítulo se completa con una mención a la evolución de Beauvoir (y en la misma medida de Sartre) desde una actitud apolítica hacia la postura comprometida y militante que le caracterizaría finalmente.
 

7. Nuestro color de piel nos quema

Se narra la estancia de Beauvoir en EEUU, centrándose fundamentalmente en su experiencia con la segregación de la población negra, fenómeno en el que identificará elementos que trasladaría a su análisis de la situación de subordinación de la mujer en la sociedad patriarcal.
 

8. La revolución de El segundo sexo

Acerca de El segundo sexo, del que presenta y comenta algunas de sus ideas fundamentales.
 

9. Una filósofa moral igual a Sartre

Comienza abordando el trasfondo de filosofía moral que existe a lo largo de la vida y la obra de Beauvoir, de nuevo como particularidad con respecto a Sartre, para acabar considerando la interrelación y a la vez independencia del pensamiento y obra de ambos.
 

10. Frente a la barbarie

La posición de Beauvoir ante dos acontecimientos políticos. El primero, sobre el que versa casi todo el capítulo, es el conflicto de Argelia por su independencia. Tanto Beauvoir como Sartre se posicionarían a favor de ésta contra la mayoría de la sociedad francesa, incluidos ciertos intelectuales y partidos de izquierda, lo que les acarrearía problemas de rechazo y enfrentamiento.

El segundo, tratado de modo mucho más breve, es el conflicto palestino-israelí, con respecto al cual el autor intenta explicar (que no legitimar, como él mismo aclara) las simpatías de Beauvoir por la posición sionista.
 

11. El segundo sexo, veinticinco años después

Las propuestas para la superación de la subordinación femenina en El segundo sexo y la necesidad de su revisión para adaptarlas a la situación social y política posterior. Se recoge lo expuesto al respecto por la misma Beauvoir en una entrevista de 1975. Es de destacar que los comentarios que realiza siguen resultando vigentes a comienzos del siglo XXI.  
 

12. ¿Para qué sirve la literatura?

La concepción de la literatura sostenida por Beauvoir. Lejos tanto de la literatura de evasión como de la literatura de “tesis” puesta al servicio de ideologías concretas, defiende la idea de una literatura “comprometida” entendida como medio para poner de manifiesto la problematicidad de la condición humana.
 

13. El compromiso

Comienza con este capítulo un apartado, que recoge también los siguientes, bajo el epígrafe “Algunos temas beauvoirianos significativos”.

Aquí el autor nos recuerda su visión de Beauvoir, ya presentada en el capítulo 9, como una filósofa eminentemente moral.  Así, desgrana diversas ideas presentes en su obra relacionadas con la cuestión: valores, libertad, acción humana, responsabilidad, dotación de sentido a la existencia, la noción del sujeto situado… A continuación, se destaca la coherencia de Beauvoir al comprometerse con sus propios valores en el terreno de lo político, analizándose cómo se plasmaría esto a lo largo de su vida (con lo cual, al mismo tiempo, se vuelve a ofrecer información biográfica).
 

14. Feminismo

Beauvoir y el feminismo, desde la evolución en cuanto a su concepción del feminismo y su relación con este como movimiento a su oposición en todo momento al feminismo de la diferencia.
 

15. La pareja amorosa

Sobre las ideas de Beauvoir acerca de una relación de pareja plenamente igualitaria.
 

16. Engañada

Acerca de la correcta interpretación de una frase del epílogo del libro La fuerza de las cosas (“He sido engañada”) que en su momento dio lugar a múltiples elucubraciones acerca de su sentido e intención.
 

17. ¿Es Brigitte Bardot algo más que una estrella?

Sobre las reflexiones que Beauvoir plasmó en un artículo acerca de la figura de la actriz en cuanto al modelo de feminidad que representaría.
 

18. La vejez

Sobre las ideas principales plasmadas en su obra La vejez.
 

19. Diarios, epistolario

Tras una breve mención al epistolario publicado, se reseña el libro póstumo Diario de guerra, el cual recoge el periodo de la II Guerra Mundial, e incluye información significativa acerca de cómo era su relación con Sartre.
 

20. ¿Se puede concluir?

Acerca del legado y vigencia de Beauvoir en el momento presente. Y también sobre su visión de los acontecimientos políticos y sociales acaecidos en los últimos años de su vida.

El libro se cierra con un anexo titulado “Conversación con Simone de Beauvoir’’, que recoge un extracto de una entrevista realizada a Beauvoir por el autor en 1985, la cual se centra en la trayectoria de la revista Les Temps Modernes