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lunes, 1 de marzo de 2021

LOS VALORES DE LA CIENCIA

 

Recogemos aquí parte del contenido de la intervención realizada el 25 de marzo de 2010 por Ramón Núñez Centella, director del Museo Nacional de la Ciencia y la Tecnología, en el Senado sobre Cultura Científica durante la Reunión de Presidentes de Comisiones de Ciencia e Innovación de los Parlamentos Nacionales de los Estados miembros de la Unión Europea y del Parlamento Europeo (y cuyo texto encontramos íntegro aquí). Se trata de una enumeración de los valores que la ciencia ha de poseer y que aquí consideramos valores propios del conocimiento racional en general. Por ello, podríamos decir que constituyen toda una aportación a la esfera de la cultura, más allá de su circunscripción a las disciplinas académicamente clasificadas como "científicas". Son los siguientes:

 

1. Curiosidad

La ciencia se basa, ante todo, en un insaciable deseo de conocer y comprender, que se puede manifestar de muchas formas; por ejemplo, en la búsqueda de datos complementarios y de su significado en cada situación.

 

2. Escepticismo

La ciencia promueve la búsqueda y exigencia de pruebas, y la evaluación continua del conocimiento con espíritu crítico. En ciencia se ha de cuestionar todo y es imprescindible la honestidad.

 

3. Racionalidad

Entendiendo como tal un respeto a la lógica, así como la necesidad de considerar antecedentes y consecuencias de cada fenómeno analizado. Es la búsqueda de causas y motivos naturales de los fenómenos. La persona racional no es supersticiosa.

 

4. Universalidad

Es decir, que lo que es válido para uno es válido para todos, independientemente de la raza, la religión o la cultura. Los frutos de la ciencia y la tecnología pertenecen a toda la humanidad.

 

5. Provisionalidad

Es una característica esencial del conocimiento científico. Aunque pueda resultar incómodo, debemos incorporar esa realidad como un valor, frente a esquemas de certeza, permanencia e inmutabilidad. Este es, sin duda, un punto crítico, porque a muchas personas les gustan las respuestas firmes, y la incertidumbre es difícil de aceptar. Ello no deja de ser una razón más; hemos de acostumbrarnos -educarnos- a convivir con la provisionalidad. “No se llega a la certeza con la razón sino con la fe”, nos dijo Guillermo de Occam.

 

6. Relatividad

Muy relacionado con lo anterior está la necesidad de matices que necesita una calidad en las afirmaciones. La incertidumbre de resultados, el margen de error, el borde de la indefinición o la frontera son terrenos habituales por donde se mueve la ciencia, y el transitar por ellos nos educa en la comprensión de los niveles de riesgo, el valor de las estadísticas y la capacidad de evaluar a priori el éxito o fracaso de una iniciativa.

 

7. Autocrítica

Es esencial en la ciencia el dudar de toda conclusión que uno mismo formula. La ciencia es crítica consigo misma, y también debe estar abierta al escrutinio social, histórico y cultural, tanto por parte de intelectuales como de la sociedad en general.

 

8. Iniciativa

La necesidad de revisión continua que tiene la ciencia y la posibilidad permanente de mejorar las soluciones tecnológicas obligan a una actitud de inconformismo y emprendedora, a la valoración y asunción de riesgos en la innovación, asumiendo los ensayos fallidos como pasos imprescindibles y útiles de un proceso.

 

9. Apertura

Implica la disponibilidad para escuchar y aceptar ideas de los demás, y a cambiar las propias en función de la evidencia. La apertura es imprescindible para la innovación y para que fructifique la creatividad.

 

10. Creatividad

Es clave en la tecnología, para buscar soluciones a problemas divergentes, y para establecer relaciones originales, diseñar experiencias, proponer hipótesis, inventar y diseñar leyes, modelos, teorías, aparatos, mecanismos, procedimientos, métodos…

 


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